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Análisis de la Proteína C Reactiva. Lo que un Médico Veterinario debería saber

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Proteína C
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En ocasiones la inespecificidad de los síntomas, la diversidad de hallazgos en las pruebas de laboratorio o estudios de imagenología pueden hacer que el diagnóstico de ciertas patologías requiera de estudios complementarios, la cuantificación de Proteínas de Fase Aguda (PFA), especialmente la proteína C reactiva (CRP), puede ayudar a pronosticar mejor una enfermedad en un canino.

Las Proteínas de Fase Aguda

Las concentraciones de Proteínas de Fase Aguda en estados de homeostasis o de salud pueden ser <1 μg/L; pero ante un evento inflamatorio, las concentraciones se incrementan rápidamente alcanzando el pico máximo a las 48 h. Después de este periodo comenzarán a declinar en caso de iniciar la recuperación, ya que su vida media en circulación es de aproximadamente 19 horas, por ello, la recomendación general es medirlas cada 12 horas o al menos cada 24 horas, según la entidad y su evolución.

La ventaja de centrar la mirada clínica en las Proteínas de Fase Aguda, especialmente en la Proteína C Reactiva en caninos, es que nos permite detectar algún tipo de evento patológico que puede pasar desapercibido en las pruebas de laboratorio de rutina. 

Características de la Proteína C Reactiva

La proteína C Reactiva (CRP) es una alfa-globulina con una masa de 110 a 140 kDa. Es sintetizada en el hígado y, está normalmente presente como un constituyente traza del suero. En caninos, la CRP es la PFA que se incrementa más rápidamente en suero sanguíneo de <1 mg/L hasta >100 mg/L, en respuesta a infecciones como babesiosis, leishmaniosis, leptospirosis, infección de parvovirus y septicemia por E. coli.

También se ha demostrado que incrementos de este biomarcador se presentan en enteritis, artritis, linfoma y enfermedades sanguíneas; además, se ha reportado especialmente en hembras durante la segunda mitad de la gestación en correlación con la implantación embrionaria, muy probablemente como respuesta a la lesión endometrial durante la implantación.

Aunque se utiliza principalmente para diagnosticar o monitorizar procesos inflamatorios, este biomarcador también puede ser útil en oncología, especialmente para la monitorización de pacientes bajo quimioterapia.

Medición de Proteína C Reactiva vs Cuadro Hemático

A nivel clínico, cada vez más se está optando por hacer la medición de Proteínas de Fase Aguda para complementar las pruebas de laboratorio de rutina y de esta forma facilitar el diagnóstico. 

El cuadro hemático es una de las primeras pruebas de laboratorio que se toma  como indicador general del estado de salud del animal, ya que permite evaluar cada una de las líneas celulares y de esta forma orientar el diagnóstico.

En cuanto al conteo de glóbulos blancos debemos tener en cuenta  que existe una variedad de razones por las que se puede producir leucocitosis que no corresponden a procesos patológicos, entre ellas encontramos cuadros de estrés,  estado de gestación, entre otras. Por su parte, el análisis de la Proteína C Reactiva permite determinar con exactitud si el paciente está presentando un evento inflamatorio cuando sus niveles son mayores a 30 mg/L. También dependiendo de su concentración, podemos diagnosticar la gravedad de este proceso inflamatorio. 

La medición de PFA es mucho más eficiente que un cuadro hemático, ya que permite hacer monitoreo durante el tratamiento. Incluso en la fase de recuperación, la medición de estas proteínas puede ser más diciente porque, aún en este proceso, se puede mantener la leucocitosis, mientras que, cuando el evento inflamatorio se ha solucionado, la Proteína C Reactiva vuelve a su nivel normal.

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Ejemplos de las ventajas de medir la Proteína C Reactiva

Normalmente, el diagnóstico disponible en la clínica para ehrlichiosis incluye Pruebas Rápidas de Inmunocromatografía de Flujo Lateral que detectan la presencia de anticuerpos frente a E. canis, lo cual indica la exposición del paciente al microorganismo, sin embargo, no permite diferenciar una infección activa de una subclínica. Los signos clínicos junto con las pruebas de laboratorio (prueba rápida, cuadro hemático, bioquímica y uroanálisis), pueden determinar un diagnóstico probable de ehrlichiosis.

Las concentraciones de CRP pueden disminuir hasta niveles normales (por debajo de 20 mg/L) a los 14-16 días post-tratamiento, indicando la resolución de la fase aguda. En perros asintomáticos, sero-reactivos frente a E. canis, se puede utilizar el nivel elevado de CRP para orientar la decisión del tratamiento antimicrobiano.

La CRP proporciona más información sobre el cuadro clínico del paciente cuando se sospecha de infección por E. canis, se ha demostrado que las concentraciones de esta proteína se incrementan de forma significativa (entre 3,3 y 6,5 veces el valor normal) en perros en la fase aguda de la infección, este incremento se debe a la activación de la respuesta de fase aguda secundaria

La medición consecutiva de la concentración de CRP es de gran utilidad en el manejo de cachorros con parvovirosis, este biomarcador refleja la evolución tanto de la inflamación como de la infección, lo cual puede ayudar al clínico a establecer la gravedad del paciente, orientar el tratamiento, determinar la duración de la hospitalización y emitir pronósticos asertivos.

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La probabilidad de supervivencia de un cachorro con parvovirosis está negativamente correlacionada con la concentración de CRP, es decir, a mayor concentración de la proteína menor probabilidad de supervivencia. Un valor muy elevado de CRP (> 140 mg/L) en un cachorro con Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS) sugiere una mayor probabilidad de muerte en comparación con un cachorro con una CRP <100 mg/L y sin signos de SRIS. Sí después de 72 horas del inicio del tratamiento la concentración de CRP se encuentra por debajo de 100 mg/L la probabilidad de supervivencia es muy elevada y está asociada a un mejor pronóstico. Por el contrario, si a las 72 horas de iniciado el tratamiento la CRP no baja, puede presentarse hasta un 82% de mortalidad.

La prueba de CRP puede incluirse en el manejo de la parvovirosis como ayuda a la toma de decisiones y como herramienta de seguimiento del paciente, combinando sus resultados con los otros parámetros clínicos y de laboratorio.

Si quieres conocer más sobre la importancia de las Proteínas de Fase Aguda en el pronóstico y diagnóstico clínico, te invitamos a conocer más aquí. 

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